lunes, 21 de mayo de 2012

La primera planta nacional de reciclaje automático abre sus puertas en Mungia

El reciclaje nacional tiene desde ayer un referente en Bizkaia. La Diputación, el Gobierno vasco y la red social Koopera inauguraron en Mungia la primera planta automatizada del país para la gestión de ropa, calzado, libros, juguetes y aparatos electrodomésticos. Con un pionero sistema de reconocimiento de voz para separar materiales como bandera tecnológica, la infraestructura, en la que se han invertido 6 millones de euros, pretende cumplir un doble objetivo «ecológico y solidario»: aumentar un 90% la reutilización de desechos y generar 264 puestos de trabajo para personas en riesgo de exclusión social.
«Transformamos lo que nadie quiere en empleo y ahorro», resumió el diputado general, José Luis Bilbao, durante la apertura de la planta, una nave de 4.500 metros cuadrados ubicada en el polígono industrial Zabalondo. Extraoficialmente ya es desde hace algunas semanas el punto en el que se descargan los contenedores verdes para el reciclaje de ropa ubicados en todos los municipios del territorio. Estos depósitos «poco a poco irán sustituyéndose por otros nuevos de color blanco en los que se puede meter de todo, hasta libros y DVDs. De momento, ya se pueden ver en Uribe Kosta y Amorebieta», avanzó un portavoz del Departamento foral de Medio Ambiente.
Sea cual sea el medio de transporte, los enseres acaban en la cadena de distribución montada en Mungia. La diferencia con cualquier otra se nota a primera vista, al advertir que los operarios trabajan con micrófonos. Tras separar una prenda, «¡Pantalón!», dice Graciela, una de las trabajadoras, por el intercomunicador. Automáticamente, el sistema, que mueve los elementos con impulsos de aire, traslada los vaqueros hasta el cajón pertinente. Camisas, chaquetas, ropa interior, faldas... tras ser separada, la ropa se somete a un exhaustivo proceso de desinfección y «vuelve a la vida» en las tiendas de segunda mano.
«Intentamos que todo retorne al mercado, rompemos la tendencia de consumir y tirar, buscamos convertir Euskadi en una sociedad de reutilización», explicaba Josetxu González, gerente de Koopera. Y no sólo se reciclan prendas: hay muñecos, puzzles, microondas, libros de Hemingway, Dan Brown y Javier Marías... En total, se espera que la planta trate este año 3,4 toneladas de elementos. Aparte de los comercios, algunos también recalarán en Chile y Rumanía, zonas en las que los promotores desarrollan diferentes proyectos solidarios.
 
Retorno de 2 millones
La planta de reciclaje automático se ha levantado gracias a tres fuentes de financiación. Lakua ha aportado un millón de euros; la Diputación, 906.159 euros; y la red Koopera, 4,2 millones avalados por varias entidades financieras vascas. La nave, diseñada con criterios «vanguardistas», también apostará por difundir actividades educativas dirigidas a sensibilizar a la población.
Pero, además de su vertientes tecnológicas y formativas, la infraestructura destaca por emplear a gente sin recursos. Muchos de los contratados percibían hasta ahora la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) y ahora pasarán a convertirse en profesionales. «Protegemos a gente que, aunque mejore el mercado laboral, tendrá problemas para ser aceptada. De sujetos pasivos pasan a convertirse en personas emprendedoras», precisaba ayer Javier Ruiz, viceconsejero de Planificación y Empleo del Gobierno vasco. «No nos saquen a los políticos en las fotos, saquen a los trabajadores, ellos son los protagonistas; les estamos facilitando un nuevo proyecto de vida», añadía José Luis Bilbao, dirigiéndose a los fotógrafos. Los réditos para las administraciones son evidentes desde el primer día. Según los cálculos avanzados, las innovaciones ambientales y sociales permitirán a la Diputación y el Gobierno vasco conseguir un retorno de más de dos millones de euros en 2012.

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