martes, 25 de junio de 2013

MIEL DE COLORES


Los apicultores de Ribeauvillé, un pueblo de apenas 5.000 habitantes situado en la región francesa de Alsacia, no salían de su asombro. Sus abejas llevaban semanas produciendo una miel extraña de tonalidades verdosas y azuladas que nunca antes habían visto. ¿Cómo era eso posible?
Hacía tiempo que veían cómo las abejas retornaban a las colmenas portando restos de sustancias de colores, pero no lograban identificar de qué se trataba. Determinados a dar con su procedencia, comenzaron a investigar por su cuenta y unos días más tarde entendieron que el origen del problema que tantos dolores de cabeza les provocaba se hallaba en una planta de biogás ubicada a 4 kilómetros de distancia.


En sus instalaciones se procesaban los residuos procedentes de una fábrica de la multinacional estadounidense Mars que producía M&M's, las famosas pastillas de chocolocate con leche recubiertas de crujientes capas de color rojo, naranja, azul, verde, amarillo y marrón. Para su asombro descubrieron que las abejas se habían aficionado a colarse en sus tanques para recolectar minúsculos trocitos de estos dulces.
Una vez comprendieron qué sucedía se pusieron en contacto con los responsables de la factoría y consiguieron que accedieran a limpiar los contáiners al aire libre y se comprometieran a guardar a partir de ese momento la materia prima con la que trabajaban en recintos cerrados.


Un acuerdo que no impidió que durante esas semanas murieran un número muy elevado de abejas y que la producción de sus enjambres, a pesar de tener un sabor muy similar al de la miel normal, fuera imposible de comercializar por su inusual coloración y la materia prima con la que había sido parcialmente elaborada.

martes, 18 de junio de 2013

UNA NUEVA ESPECIE DE PROTOZOO GIGANTE

Fuente: OCEANA

Oceana y el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC) han descubierto una peculiar especie nueva para la ciencia. Se trata de un organismo unicelular, pero gigante (4-5 cm de altura), perteneciente al grupo de los foraminíferos y que imita la apariencia y el modo de capturar la comida de las esponjas carnívoras. El curioso hallazgo tuvo lugar a 30 millas de la costa murciana, en la montaña submarina del Seco de Palos. La nueva especie se ha denominado Spiculosiphon oceana, en honor de la organización que recogió las muestras, y su descubrimiento se publica en la revista científica Zootaxa, en colaboración con un autor del Centre d’Océanologie de Marseille.

Los foraminíferos son organismos constituidos por una única célula, de apenas unos milímetros, similares a las amebas, y capaces de formar una concha o testa, dentro de la cual se refugian. Lo llamativo de los ejemplares descubiertos es que llegan a alcanzar 4 cm, lo que los convierte en los mayores conocidos para el Mediterráneo. Además, esta extraña especie tiene otra particularidad resaltable: su apariencia, que inicialmente llevó a considerar que no se trataba de un protozoo sino de un animal multicelular del grupo de las esponjas.


Según describe el Dr. Manuel Maldonado, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que lideró la investigación y consiguió resolver el enigma, “la conformación del pedúnculo y la cabeza de este organismo eran muy similares a las de las esponjas carnívoras que se han hallado en el Mediterráneo. Lo más extraordinario es que la concha estaba formada exclusivamente por espículas (piezas esqueléticas de esponjas muertas) que el protozoo había recogido del fondo marino para construir su concha, cementándolas unas a otras mediante de un "pegamento proteínico" de aspecto similar al que emplean las esponjas (espongina)”.

“La montaña submarina del Seco de Palos está demostrando ser un lugar de alto interés dentro del Mediterráneo. Ya era conocida por su importancia para especies como cetáceos, tortugas, atunes o tiburones, pero los hallazgos de sus fondos están resultando también sorprendentes”, ha declarado Ricardo Aguilar, Director de Investigación de Oceana. “Esta extraña especie demuestra lo poco que sabemos de nuestras aguas y el peligro real de perder biodiversidad antes incluso de que sea conocida”.

El foraminífero descubierto ha resultado pertenecer a una familia muy poco conocida de estos pequeños organismos, los eschizamínidos, de los que solo se conocen 11 especies. S. oceana es la segunda especie del genero Spiculosiphon descubierta en el mundo y la única en el Mediterráneo. La única especie de este género identificada hasta el momento era Spiculosiphon radiata, descubierta en Noruega hace 40 años a unos 100 metros de profundidad. Pero su tamaño es la mitad de la hallada en el Seco de Palos.

Al mismo tiempo que la investigación sobre el nuevo foraminífero ocurría en el Mediterráneo español, el profesor Jean Vacelet, especialista en esponjas de la estación marina de Endoume del Centro de Oceanología de Marsella, indicó que había encontrado un organismo similar en cuevas submarinas de la costa mediterránea francesa donde también habitan esponjas carnívoras. Sin embargo, el tamaño de este otro foraminífero era inferior al hallado en la montaña submarina española: solo 1 centímetro.

El hecho de que estos nuevos foramíniferos compartan similitudes morfológicas y de alimentación con las esponjas carnívoras probablemente se debe a que ambos organismos ocupan ambientes ecológicos similares que les han forzado a desarrollar estrategias similares para alimentarse. Por tanto, Oceana no descarta que en el Seco de Palos puedan hallarse también esponjas carnívoras, como ya se han detectado en otras montañas submarinas españolas, como el Seco de los Olivos (frente a Almería) o las montañas Emile Baudot y Ausias March en el Canal de Mallorca.

Las tres instituciones –CEAB-CSIC, Centre d’Oceanologie de Marseille y Oceana– han sumado sus esfuerzos en cooperación para poder arrojar más luz sobre estos interesantes organismos.

jueves, 13 de junio de 2013

REDUCIR Y RECICLAR

El Centro Formación Somorrostro ha colaborado a lo largo de todo el año con el Proyecto Terracycle. El objetivo es reducir los residuos que acaban en los vertederos e incineradoras, convirtiéndolos en nuevos productos económicos y respetuosos con el medio ambiente, lo que reduce el empleo de nuevas materias primas y minimiza el impacto ambiental.

Durante este curso 2012-2013 el alumnado y el profesorado se ha sensibilizado sobre el reciclaje de residuos y hemos conseguido recoger 17'5 kg de material escolar: bolígrafos, rotuladores...Todo este material será enviado a Terracycle para acabar transformándose en cubos, regaderas...

Aquí os dejamos un video explicativo


miércoles, 5 de junio de 2013

DÍA MUNDIAL DEL MEDIOAMBIENTE

Fuente:  unep.org
 

El Día Mundial del Medio Ambiente tiene como lema este año Piensa.Aliméntate.Ahorra, una campaña para de reducir los desechos y las pérdidas de alimentos. 

Según FAO, cada año se desperdician 1,3 billones de toneladas de comida. Esta cifra equivale a la producción alimentaria de todo el África Subsahariana. Al mismo tiempo, una de cada siete personas del planeta se va a la cama hambrienta y más de 20.000 niños de menos de 5 años mueren de hambre cada día.
Teniendo en cuenta este enorme desequilibrio y los efectos devastadores que esto tiene para el medio ambiente, el tema de este año, Piensa.Aliméntate.Ahorra, pretende dar a conocer el impacto que tienen nuestras decisiones alimentarias y cómo tomarlas 100% informados. 


Actualmente, nuestro planeta trata de ofrecer los recursos necesarios para sus 7 billones de habitantes (9 millones en 2050), sin embargo, FAO estima que un tercio de la producción alimentaria se pierde o es desechada. Este hecho es altamente perjudicial para las fuentes naturales de recursos y genera consecuencias negativas en el medio que nos rodea. 

La campaña Piensa.Aliméntate.Ahorra quiere animarte a actuar. Quiere que seas testigo de cómo ciertas decisiones reducen el volumen de desechos, ahorran dinero y disminuyen el impacto medio ambiental de la producción de alimentos. 

Si desperdiciamos comida, significa que todos los recursos empleados para producirla también lo son. Así por ejemplo, producir un litro de leche supone gastar 1.000 litros de agua o producir una hamburguesa 16.000 litros... Todas esas emisiones de gas durante el proceso habrán sido en balde si desechamos alimentos. 

De hecho, la producción global de alimentos ocupa un 25% de la superficie habitable, un 70% de consumo de agua, un 80% de deforestación y un 30% de gases. Es, por tanto, uno de las actividades que más afectan a la pérdida de biodiversidad y a los cambios en el uso del suelo. 

Pero, ¿qué significa tomar decisiones informadas? Elegir aquellos alimentos cuyo impacto al medio ambiente es menor, es el caso de la comida orgánica en la que apenas se usan productos químicos. O adquirir productos en mercados locales en los que se sabe que no ha sido necesario el transporte y por tanto, no han supuesto tantas emisiones de gas. 

En definitiva, se trata de que pienses antes de alimentarte y así ahorres para proteger el medio ambiente.
- See more at: http://www.unep.org/spanish/wed/theme/#sthash.UkNnTLUN.dpuf
El Día Mundial del Medio Ambiente tiene como lema este año Piensa.Aliméntate.Ahorra, una campaña para de reducir los desechos y las pérdidas de alimentos.
Según FAO, cada año se desperdician 1,3 billones de toneladas de comida. Esta cifra equivale a la producción alimentaria de todo el África Subsahariana. Al mismo tiempo, una de cada siete personas del planeta se va a la cama hambrienta y más de 20.000 niños de menos de 5 años mueren de hambre cada día.
Teniendo en cuenta este enorme desequilibrio y los efectos devastadores que esto tiene para el medio ambiente, el tema de este año, Piensa.Aliméntate.Ahorra, pretende dar a conocer el impacto que tienen nuestras decisiones alimentarias y cómo tomarlas 100% informados.
Actualmente, nuestro planeta trata de ofrecer los recursos necesarios para sus 7 billones de habitantes (9 millones en 2050), sin embargo, FAO estima que un tercio de la producción alimentaria se pierde o es desechada. Este hecho es altamente perjudicial para las fuentes naturales de recursos y genera consecuencias negativas en el medio que nos rodea.
La campaña Piensa.Aliméntate.Ahorra quiere animarte a actuar. Quiere que seas testigo de cómo ciertas decisiones reducen el volumen de desechos, ahorran dinero y disminuyen el impacto medio ambiental de la producción de alimentos.
Si desperdiciamos comida, significa que todos los recursos empleados para producirla también lo son. Así por ejemplo, producir un litro de leche supone gastar 1.000 litros de agua o producir una hamburguesa 16.000 litros... Todas esas emisiones de gas durante el proceso habrán sido en balde si desechamos alimentos.
De hecho, la producción global de alimentos ocupa un 25% de la superficie habitable, un 70% de consumo de agua, un 80% de deforestación y un 30% de gases. Es, por tanto, uno de las actividades que más afectan a la pérdida de biodiversidad y a los cambios en el uso del suelo.
Pero, ¿qué significa tomar decisiones informadas? Elegir aquellos alimentos cuyo impacto al medio ambiente es menor, es el caso de la comida orgánica en la que apenas se usan productos químicos. O adquirir productos en mercados locales en los que se sabe que no ha sido necesario el transporte y por tanto, no han supuesto tantas emisiones de gas.
En definitiva, se trata de que pienses antes de alimentarte y así ahorres para proteger el medio ambiente.
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El Día Mundial del Medio Ambiente tiene como lema este año Piensa.Aliméntate.Ahorra, una campaña para de reducir los desechos y las pérdidas de alimentos.
Según FAO, cada año se desperdician 1,3 billones de toneladas de comida. Esta cifra equivale a la producción alimentaria de todo el África Subsahariana. Al mismo tiempo, una de cada siete personas del planeta se va a la cama hambrienta y más de 20.000 niños de menos de 5 años mueren de hambre cada día.
Teniendo en cuenta este enorme desequilibrio y los efectos devastadores que esto tiene para el medio ambiente, el tema de este año, Piensa.Aliméntate.Ahorra, pretende dar a conocer el impacto que tienen nuestras decisiones alimentarias y cómo tomarlas 100% informados.
Actualmente, nuestro planeta trata de ofrecer los recursos necesarios para sus 7 billones de habitantes (9 millones en 2050), sin embargo, FAO estima que un tercio de la producción alimentaria se pierde o es desechada. Este hecho es altamente perjudicial para las fuentes naturales de recursos y genera consecuencias negativas en el medio que nos rodea.
La campaña Piensa.Aliméntate.Ahorra quiere animarte a actuar. Quiere que seas testigo de cómo ciertas decisiones reducen el volumen de desechos, ahorran dinero y disminuyen el impacto medio ambiental de la producción de alimentos.
Si desperdiciamos comida, significa que todos los recursos empleados para producirla también lo son. Así por ejemplo, producir un litro de leche supone gastar 1.000 litros de agua o producir una hamburguesa 16.000 litros... Todas esas emisiones de gas durante el proceso habrán sido en balde si desechamos alimentos.
De hecho, la producción global de alimentos ocupa un 25% de la superficie habitable, un 70% de consumo de agua, un 80% de deforestación y un 30% de gases. Es, por tanto, uno de las actividades que más afectan a la pérdida de biodiversidad y a los cambios en el uso del suelo.
Pero, ¿qué significa tomar decisiones informadas? Elegir aquellos alimentos cuyo impacto al medio ambiente es menor, es el caso de la comida orgánica en la que apenas se usan productos químicos. O adquirir productos en mercados locales en los que se sabe que no ha sido necesario el transporte y por tanto, no han supuesto tantas emisiones de gas.
En definitiva, se trata de que pienses antes de alimentarte y así ahorres para proteger el medio ambiente.
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El Día Mundial del Medio Ambiente tiene como lema este año Piensa.Aliméntate.Ahorra, una campaña para de reducir los desechos y las pérdidas de alimentos.
Según FAO, cada año se desperdician 1,3 billones de toneladas de comida. Esta cifra equivale a la producción alimentaria de todo el África Subsahariana. Al mismo tiempo, una de cada siete personas del planeta se va a la cama hambrienta y más de 20.000 niños de menos de 5 años mueren de hambre cada día.
Teniendo en cuenta este enorme desequilibrio y los efectos devastadores que esto tiene para el medio ambiente, el tema de este año, Piensa.Aliméntate.Ahorra, pretende dar a conocer el impacto que tienen nuestras decisiones alimentarias y cómo tomarlas 100% informados.
Actualmente, nuestro planeta trata de ofrecer los recursos necesarios para sus 7 billones de habitantes (9 millones en 2050), sin embargo, FAO estima que un tercio de la producción alimentaria se pierde o es desechada. Este hecho es altamente perjudicial para las fuentes naturales de recursos y genera consecuencias negativas en el medio que nos rodea.
La campaña Piensa.Aliméntate.Ahorra quiere animarte a actuar. Quiere que seas testigo de cómo ciertas decisiones reducen el volumen de desechos, ahorran dinero y disminuyen el impacto medio ambiental de la producción de alimentos.
Si desperdiciamos comida, significa que todos los recursos empleados para producirla también lo son. Así por ejemplo, producir un litro de leche supone gastar 1.000 litros de agua o producir una hamburguesa 16.000 litros... Todas esas emisiones de gas durante el proceso habrán sido en balde si desechamos alimentos.
De hecho, la producción global de alimentos ocupa un 25% de la superficie habitable, un 70% de consumo de agua, un 80% de deforestación y un 30% de gases. Es, por tanto, uno de las actividades que más afectan a la pérdida de biodiversidad y a los cambios en el uso del suelo.
Pero, ¿qué significa tomar decisiones informadas? Elegir aquellos alimentos cuyo impacto al medio ambiente es menor, es el caso de la comida orgánica en la que apenas se usan productos químicos. O adquirir productos en mercados locales en los que se sabe que no ha sido necesario el transporte y por tanto, no han supuesto tantas emisiones de gas.
En definitiva, se trata de que pienses antes de alimentarte y así ahorres para proteger el medio ambiente.
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domingo, 2 de junio de 2013

Comer ‘bichos’

Fuente: ecoticias.com
Un aperitivo de escamoles, pan de mopane y una parrillada mixta de picudo rojo y langostas. Podría ser el menú sugerido por la Agencia para la Alimentación y la Agricultura de la ONU (FAO)


La FAO llama a extender una dieta que ya sigue un tercio de los habitantes ante el aumento de la población mundial. Comer escarabajos es sostenible, barato y nutritivo. Otros creen que el hambre se acabaría distribuyendo bien los alimentos. Esta noticia está recorriendo los fotos de Internet. ¿Es que nadie sabe que no es necesaria tanta proteína animal para vivir?
Un aperitivo de escamoles, pan de mopane y una parrillada mixta de picudo rojo y langostas. Podría ser el menú sugerido por la Agencia para la Alimentación y la Agricultura de la ONU (FAO) en su última propuesta para ayudar a combatir el hambre en el mundo. Pero salvo para los devotos de lo exótico, en España, por ejemplo, lo más probable es que tuviera poca aceptación. El jamón está muy bueno, y la idea de sustituirlo, si el hambre aprieta, por huevas de hormigas (el escamole, también llamado el caviar mexicano); pan de larvas de polillas (las del árbol del mopane surafricano) y gusanos de escarabajo y saltamontes (el picudo rojo no es un tipo de centollo, y nos referimos a langostas de las que saltan, no de las que nadan) no parece que vaya a ser muy exitosa.

2.000 MILLONES DE HUMANOS
Sin embargo, el menú sugerido no es la extravagancia de un chef de la nueva cocina, aunque alguno ha coqueteado con el uso de insectos para la comida. Se trata de una opción más ante un problema inminente: “En 2050 habrá 2.000 millones de personas más en el mundo, y tendrán que comer lo mejor posible”, dice Eduardo Rojas, director forestal de la FAO. Tras explotar al máximo los actuales animales domésticos, llevar al borde de la extinción a la mayoría de los cuadrúpedos salvajes, sobrepescar los mares y amenazar con desertificar las selvas y otros espacios naturales, las algas y los insectos son de los últimos nichos por explorar. Y estos últimos son una fuente abundante, barata y segura de proteínas, grasas y nutrientes. Por ejemplo, un estudio de 2002 del entomólogo Marvis Harris calcula que 100 gramos de hamburguesa tienen menos de la mitad de calorías que la misma cantidad de termitas africanas, un 50% menos de proteínas y un tercio de grasas. “Y los insectos son, además, baratos y ecológicos”, añade Rojas.

AÑOS DE ESTUDIO
“Llevamos años estudiando el aprovechamiento no maderable de los bosques, y por eso creamos un grupo para estudiar otras opciones”, dice Rojas. En el fondo, no han hecho más que recoger lo que ya sucede “en el sureste asiático, en México y en las selvas del Congo”. En total, la FAO calcula que ya hay 2.000 millones de personas que comen insectos de una manera habitual —la mayoría por pura necesidad, eso sí—, y que hay más de 1.900 especies de insectos que se consumen. En el fondo, son pocas. No se sabe siquiera cuántas especies de insectos hay en el mundo. Se calcula que si se pusieran en una balanza todos los existentes, pesarían más que el conjunto de todos los otros animales. “Pero no todas las especies son comestibles, claro”, matiza Rojas. “Por ejemplo, el gusano de seda, que es probablemente el que mejor sabemos criar en cautividad, no lo es; y la procesionaria, tan frecuente en los bosques mediterráneos, tiene un potente veneno”, advierte.


OTROS MODELOS

“Hay que aumentar la calidad de la alimentación de las clases medias emergentes de los países pobres”, dice Rojas. Estas “se van pasando a dietas con más proteína animal, pero eso supone un riesgo enorme si repicamos nuestro modelo, incluso aunque opten por las carnes más baratas, la del pollo y la del cerdo”, añade. Y apunta dos peligros claros si se quiere alimentar igual y con las mismas especies a toda la humanidad: la deforestación y la emisión de metano, un gas de efecto invernadero cuya primera fuente son las flatulencias animales. A cambio, las posibles granjas de insectos —alguna hay ya en Laos, Tailandia y Camboya— tienen la ventaja de que ofrecen una proteína “mucho más barata”, “en menos espacio”, más eficaz energéticamente (en algunos saltamontes se produce un kilo de proteína por dos de hierba; la proporción en vacas es de 1 a 20) y además pueden servir también para piensos de otros animales, añade Rojas.