viernes, 2 de septiembre de 2011

La plaga de avispa asiática amenaza ya a todos los apicultores vascos

La «Vespa velutina», comúnmente conocida como avispa asiática, fue detectada en 2010 en Irun; los apicultores de Ipar Euskal Herria ya la sufrían hace meses. Un año después, continúan haciendo frente como pueden a esta avispa, una agresiva depredadora para las abejas mielíferas autóctonas.

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La Vespa velutina ya era un quebradero de cabeza para los apicultores vascos del norte y este verano también lo es para los del sur. Se calcula que fue en noviembre pasado cuando se avistaron en Irun los primeros ejemplares de estas depredadoras. Neiker-Tecnalia -Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario- fue quien confirmó que, como se temía, Euskal Herria no se libraría de esta plaga originaria de China.

La agresividad y el gran tamaño son las características de esta especie. Y supone sobre todo una gran amenaza para las abejas domésticas autóctonas, ya que puede devorar todo un enjambre en poco tiempo.

Después de Lapurdi fue Gipuzkoa. Luego aparecieron en la zona de Baztan. Ahora se conocen nidos en zonas interiores, como Oñati y Legazpi. Las diferentes asociaciones de apicultores vascas tiene motivos para alarmarse.

Desde Burdeos

La Vespa velutina proviene de Asia. Habita fundamentalmente en China, el norte de India e Indonesia, en climas similares a los del sur de Europa. A finales de 2004, entró en Europa, al parecer en un contenedor repleto de alfarería o madera importado de China a través del puerto de Burdeos. Tras unos años de destrozos agrícolas -ya por 2005 los agricultores franceses mostraban su preocupación al ver cómo la avispa asiática acababa con la abeja doméstica en más de 38 departamentos-, pasó a Lapurdi.

Neiker explica que la avispa que ha aparecido en estas tierras pertenece a la subespecie de vespa velutina nigrithorax. No es difícil identificarla. De color oscuro, tiene el torax prácticamente negro, así como el abdomen, excepto el cuarto segmento que es amarillo. Las patas son de color marrón con esquinas amarillas.

Las avispas miden alrededor de 30 milímetros, y la reina, entre 35 y 40. Construyen los nidos colgados de los árboles, a cierta altura. Son del tamaño de un balón y hechos en papel. Cada nido puede contener unas 1.500 avispas trabajadoras, lo que da una idea de su capacidad de reproducción.

Se alimenta de flores y de fruta madura, y la proteína la obtiene de otros insectos que captura. La avispa asiática secciona la cabeza y la parte del aguijón de la abeja y luego la devora o la transporta a su nido, un modus operandi que se repite ya por toda Euskal Herria. Se trata de una especie más agresiva que la autóctona.

La amenaza ha obligado por ejemplo a la Asociación de Apicultores de Bizkaia a difundir un antídoto para acabar con esta avispa, por medio de la fabricación de trampas caseras a base de cerveza. También existe la opción de la destrucción de nidos, pero siempre a cabo de personal especializado. Pero ni una ni otra fórmula han servido para evitar que la avispa asiática colonice ya toda Gipuzkoa.

En enero, la Asociación de Apicultores de Gipuzkoa informaba sobre catorce posibles ubicaciones de este tipo de avispa, pero los datos se han quedado desfasados en poco tiempo: la rapidez de la expansión hace que probablemente estén muy cerca de pasar al territorio de Araba y de Bizkaia.

No es de extrañar que el colectivo de productores de miel esté alarmado, y es que una sola avispa asiática es capaz de acabar con cientos de abejas mielíferas y, en consecuencia, con la producción de miel. Si bien es cierto que muchos de los apicultores asociados se dedican a esto por puro hobby, la repercusión económica sigue estando ahí. Y hay otro perjuicio añadido: alertan de que la invasión de avispa extranjera puede tener un gran impacto medioambiental, ya que al descender el número de abejas la polinización también se ve perjudicada.

En el sector hay quien compara la situación con la creada en el río Ebro por el mejillón cebra, el cangrejo americano, el galápago de Florida y sobre todo el siluro, con un impacto semejante al de la avispa asiática dado que devora cualquier otro pez de agua dulce.

La actividad de la apicultura, cuya producción es estacional, vio un crecimiento en los años 90, y aunque tradicionalmente ha sido una actividad vinculada a los caseríos, la denominación de Eusko Label ha unido y ha hecho mayor el comercio de la apicultura. Ahora afronta su mayor reto.

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