viernes, 4 de octubre de 2013

10 metros y 180 kilos

Fuente: elcorreo

Aparece un calamar de 10 metros y 180 kilos en la Playa de la Arena, en Pechón, Cantabria

El calamar gigante que el martes apareció en la playa de La Arena, en Pechón, se ha trasladado a las instalaciones del Museo Marítimo del Cantabria, en Santander, a la espera de que se decida sobre cuál va a ser su futuro. Mientras tanto, los técnicos del centro, se centran en garantizar su perfecta conservación, según ha explicado el director del Museo, Gerardo García Castrillo.

El ejemplar, de la especie ‘Architeuthis Dux’, tiene más de diez metros de longitud y 180 kilos de peso. García Castrillo ha explicado que en el museo cuenta con dos ejemplares similares, pero de otras familias y mucho más pequeños.


En función de lo que se decida entre el Gobierno y los biólogos del Museo, el calamar podría permanecer en Santander para su exposición o no. Si finalmente se decide prepararlo para mostrarlo al público se le efectuará un tipo de necropsia diferente a si finalmente solo se utiliza como objeto de estudio. El Museo Marítimo tiene experiencia en el estudio de animales de gran tamaño. Uno de los más destacados fue la ballena varada en Oriñón en el año 1997, casi 20 metros de cetáceo que fueron estudiados en el centro de Santander.

En cefalópodo se encuentra en buen estado, con uno de los tentáculos fragmentado, y podría pertenecer al caladero de Carrandi que hay cerca de Ribadesella (Asturias), según explicó ayer el presidente de la Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas (Cepesma), Luis Laria, un centro de investigación situado en Luarca que se dedica a estudiar al calamar gigante.

Al animal le faltaba la epidermis porque se le pela la piel, por eso en Asturias se le conoce como peludín, añadió Laria. Esta especie está provista de ocho brazos y dos largos tentáculos que superan cuatro veces la longitud completa del cuerpo. Ayer en Pechón se corrió rápidamente la voz de que un calamar gigante estaba varado en el arenal y fueron varios los que se acercaron.

Por otro lado, la necropsia del calamar gigante de 80 kilos y ocho metros de longitud localizado en agosto en la costa asturiana ha revelado que el animal murió por el ataque de un ejemplar de su misma especie que doblaría su tamaño. Las marcas que presentaba confirman que sufrió un ataque de otro ejemplar cuyas ventosas tenían un diámetro de tres centímetros frente a los 1,8 centímetros de las del cadáver del calamar gigante recuperado. También se ha descartado que las heridas se produjeran durante una cópula, ya que el tamaño confirma que se trataba de otra hembra, dado que los machos nunca alcanzan estos tamaños. La muerte pudo producirse al bloquear uno de los brazos del otro ejemplar el sifón por el que los calamares inspiran el agua.

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