Origen: Jesús Jimenez, alumno de SA3-1º
La Carnicería Rodo, en el mercado de La Ribera, se lanza a aplicar la filosofía de 'Cafés Pendientes'
El mostrador de la carnicería Rodo, en el mercado de La
Ribera, es uno de los mejores observatorios sociológicos que hay para
medir los efectos de la crisis. Ninguna encuesta recoge con tanta
fidelidad y crueldad las situaciones a las que se enfrenta Rodo un día
sí y otro también. "Hay gente", cuenta este conocido carnicero, "que te
dice: Déjamelo a cuenta, que te lo pagaré cuando cobre la prestación; y
otros, que son más discretos, te pasan un papel contándote la situación
que viven y diciéndote que te pagarán la semana que viene". Ante esta
realidad, Rodo no podía quedarse quieto, que por algo tiene un
currículum solidario bastante amplio. Así que pensó que podía ser una
buena idea aplicar en su negocio la filosofía de Cafés Pendientes, un
movimiento que surgió hace años en Italia y que, con la crisis, ha
tomado fuerza en otros países de Europa. La acción solidaria de Cafés
Pendientes consiste en pagar anticipadamente un café en un bar para que
lo pueda tomar alguien sin recursos. Pues bien, Rodo ha decidido cambiar
los cafés por hamburguesas, que es lo que vende, entre otras muchas
exquisiteces cárnicas. Y él mismo ha decidido bautizar la iniciativa
como Hamburguesas Pendientes.
A Rodo se le encendió la lucecita el domingo pasado cuando vio un
reportaje en televisión sobre la experiencia de los Cafés Pendientes.
"Me pareció una idea muy interesante", señala, "y pensé que podía
aplicar la misma dinámica con las hamburguesas". Se puso en marcha el
mismo lunes. Lo primero que hizo fue contactar con los promotores de
Cafés Pendientes para que le "marcaran las pautas" de cómo se lleva a la
práctica. Su sorpresa ha sido que le han incluido en la página web,
pero le han catalogado como bar y no como carnicería. Un fallo lógico,
ya que la carnicería de Rodo sería la primera que entra en el movimiento
italiano.
Aun así, él sigue adelante con la puesta en marcha de la iniciativa.
Solo necesita una pizarra para que los clientes sepan lo que es
Hamburguesas Pendientes. "Esto consiste", dice Rodo, "en que la gente
compre una hamburguesa y pague por dos, y cuando veamos a alguien que
está en una situación de apuro, se la demos". Rodo solo pretende que con
esta iniciativa "las personas que están en una situación un poco
delicada se vean apoyadas o queridas". También tenía otra idea para
completar las Hamburguesas Pendientes, pero no cree que le vaya a salir.
Se enteró de que en Madrid hay una empresa que comercializa
hamburguesas con un papel en el que se ve una cara con una sonrisa. Les
llamó, pero no le han dado respuesta. "Pensaba que era un gesto bonito
entregar la hamburguesa con una sonrisa", señala Rodo.
Las Hamburguesas Pendientes van a ser las mismas que habitualmente
vende. Él las llama "humildes" porque solo son de ternera y no de
"autor" como la mexicana o de Idiazabal, que son algo más caras. Las
"humildes" cuestan un euro, una cantidad asumible por todas aquellas
personas que se quieran adherir al movimiento Hamburguesas Pendientes en
la carnicería Rodo.
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