jueves, 15 de diciembre de 2011

Proyecto «Aluminio»

Fuente: National Geographic

alumino

Foto: Pau Fabregat

En una escena de Regreso al futuro, Doc, el científico inventor, protagonista de la película, alimenta su bólido, DeLorean, con el contenido de un cubo de basura y con la lata del refresco que se está bebiendo, tras lo cual el vehículo arranca y alcanza una velocidad supersónica. En la Escuela Técnica Superior de Ingeniería y Aeronáutica de Terrassa, el estudiante Aleix Llovet y su profesor, Xavier Salueña, han hecho algo parecido en su proyecto «Aluminio». Aunque el vehículo que han diseñado, un coche de radio control, ni es un bólido ni alcanza velocidades de vértigo (su velocidad punta es de 30 kilómetros por hora), sí funciona con un combustible parecido: anillas de aluminio de latas de refresco o cualquier residuo de este metal. En el depósito, el aluminio entra en contacto con sosa cáustica disuelta en agua y reacciona liberando hidrógeno, alimento de la pila que producirá la energía necesaria para mover el coche. Antes, el hidrógeno pasa por un filtro de vinagre donde se suprimen los restos de unos compuestos químicos denominados hidróxidos, y también, gracias a un filtro de bolas de sílice, se elimina la humedad. «Con los hidróxidos eliminados se puede fabricar de nuevo aluminio. El único residuo resultante es agua y cloruro sódico (sal común), y además no genera CO2. Es decir, que el sistema es 100 % limpio», dice Llovet. Un buen invento, al que han puesto el nombre dAlH2Orean. ¿Adivinan por qué? —Eva van den Berg


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