Los purines se utilizan para mejorar la tierra, alimentar nuestras plantas, y hasta para controlar ciertas plagas de insectos.
¿Pero qué son realmente estos preparados vegetales?
Los purines son el resultado de la fermentación de restos vegetales y/o estiércoles, siendo los más utilizados en huertas ecológicas el de ortiga y el de cola de caballo.
En este artículo aprenderás cómo elaborar tu propio purín de ortigas y cuales son sus beneficios.
Pero primeramente veamos, cuáles son las propiedades del purín de ortiga, que lo hacen tan beneficioso:
Contiene numerosos minerales y micronutrientes indispensables para el desarrollo de las plantas, entre ellos, el hierro, fósforo, magnesio, calcio, silicio, vitaminas A y C.
Contiene numerosos minerales y micronutrientes indispensables para el desarrollo de las plantas, entre ellos, el hierro, fósforo, magnesio, calcio, silicio, vitaminas A y C.
El sílice que contiene fortalece los cultivos, haciéndolos más resistentes a hongos como el oídio, la roya y el mildiu.
Contienen hormonas que regulan el crecimiento en las raíces, hojas, flores y frutos, y protegen a las plantas frente a los ataques de parásitos o enfermedades.
Es un excelente fertilizante foliar. La fertilización foliar se utiliza para corregir las deficiencias nutricionales en los cultivos. Resulta de la aplicación de los nutrientes en las partes aéreas de las plantas, los cuales se pueden aplicar en forma soluble en agua.
Cómo preparar el purín de ortiga:
Materiales:
Un recipiente de plástico o goma con capacidad para 10 litros.
Una tapa o cubierta que haga las funciones de tapa para el recipiente anterior (no debe ser hermética).
Un colador, trapo, etc. para tamizar la mezcla.
Algo inerte para remover (un palo, un cucharón, una varilla, ...)
1 kilo de hojas de ortiga y tallos tiernos.
Elaboración:
1-Llenamos el recipiente con 10 litros de agua limpia de calidad.
2-Troceamos las ortigas y las añadimos al recipiente.
3-Removemos para sumergir las ortigas y distribuirlas por toda el agua.
4-Tapamos el recipiente para que no entren insectos y no reciba luz.
5-Lo colocamos en un lugar donde no le dé el sol, protegido del viento y de las temperaturas extremas, ya sea frío o calor.
6-Removemos bien la mezcla al menos una vez al día para oxigenarla.
7-Pasados 10-15 días, la fermentación habrá terminado (esto lo notaremos, porque ya no se producen burbujas en la superficie del purín).
8-Colamos la mezcla para separar el líquido de los restos sólidos (Los restos podemos añadirlos al montón del compost).
9-Utilizamos el purín o lo conservamos en recipientes limpios, bien cerrados y en un lugar oscuro y fresco.
Se debe aplicar diluido en proporción 1/10 para aplicar al suelo y 1/20 para tratamiento foliar, siendo una parte de purín y el resto de agua.
Ricardo Sevillano (alumno de EA3-1º)