UN ESTUDIO AVISA DE QUE LOS VIÑEDOS DE UVA TEMPRANILLO PUEDEN PERDER CALIDAD, LO QUE AFECTARÍA A LOS CALDOS
Los científicos lo llevan avisando desde hace tiempo y los enólogos están inquietos. Muchos de ellos ya aplican medidas en el campo y en las bodegas para reducir la huella de carbono. Y es que el calentamiento global y el cambio climático, que son ya evidentes, terminarán afectando "a la calidad de los vinos de la variedad de uva tempranillo -mayoritaria en los viñedos de Rioja Alavesa-, provocando que tenga un color menos intenso y que aumente su acidez". Así lo augura una investigación llevada a cabo por el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, Neiker-Tecnalia.
En Europa se investiga desde hace tiempo. De hecho, desde el Instituto de la Viña y el Vino de Alemania ya se advertía que "hay una gran incertidumbre sobre qué cabe esperar para el próximo siglo. Y, a diferencia de lo que se ha investigado sobre ecosistemas naturales terrestres y algunos cultivos agrícolas, los posibles efectos del cambio climático en las vides se han ignorado mucho".
Por esa razón, en la CAV y Nafarroa, con el apoyo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) se han puesto las pilas y se ha realizado un exhaustivo estudio en el que han participado Neiker, la Universidad de Navarra y la Estación Experimental de Aula Dei (EEAD) del citado Consejo. Sus conclusiones se han llevado al congreso de la European Geosciences Union (EGU), que se celebra en Viena (Austria). El equipo que ha realizado el trabajo ha investigado el comportamiento de las vides en condiciones de cambio climático, es decir, con una mayor temperatura, mayor presencia de dióxido de carbono y mayor sequedad ambiental. El resultado ha sido un mosto con menor contenido de antocianos -las sustancias colorantes (polifenoles) que se encuentran en la piel de las uvas tintas, responsables del color de los vinos tintos-, lo que da lugar a caldos con menor color y, por tanto, menor calidad.
En Euskadi existe inquietud por este asunto y buena prueba de ello es el proyecto K-egokitzen Cambio climático: impactos y adaptación, de tres años de duración en su primera fase. Está coordinado por la Unidad de Medio Ambiente de Tecnalia y en el que participan otros dos centros de la Corporación Tecnalia (Neiker y Azti) y 12 equipos de investigación de la UPV-EHU).
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