Juan Carlos del Moral, experto en aves comunes de SEO/BirdLife
"En Londres el gorrión se ha extinguido, y en Madrid o Barcelona vamos por el mismo camino"
Foto de
Ferrán Pestaña
Si
Gustavo Adolfo Bécquer viviera en la actualidad, tal vez no hubiera escrito su famosa estrofa "volverán las oscuras
golondrinas de tu balcón sus nidos a colgar". Europa ha sufrido en los últimos 30 años una
grave disminución de aves comunes, como la citada golondrina, o unas aves típicas en las ciudades, como el
gorrión.
Gracias al trabajo de miles de voluntarios y de diversas organizaciones
científicas se ha estudiado las especies de aves comunes y se estima
que hay
unos 421 millones de ejemplares menos. Juan Carlos del Moral, coordinador del Área de Estudio y Seguimiento de Avifauna de SEO/BirdLife, señala que la golondrina ha perdido en España un 40% de su población y los gorriones, un 10%. Según este experto, el uso de
insecticidas de nueva generación en el campo, al igual que en el caso del
declive de las abejas, es una de las principales causas.
¿Qué principales conclusiones destaca sobre la disminución de aves comunes registrada en los últimos años?
Hay un gran número de especies, como gorriones, golondrinas, mirlos,
vencejos, etc., que parecían muy abundantes, pero hasta ahora no
habíamos seguido su dinámica de poblaciones. Desde hace unos años,
gracias al trabajo de miles de voluntarios, hemos comprobado que tienen
un declive muy preocupante y algunas deberían estar clasificadas como
amenazadas según los criterios de la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza (UICN), como la cigüeña negra, el
águila imperial o el buitre negro, que de seguir así, en pocas décadas tendrán problemas de supervivencia.
¿Qué datos subrayaría en el caso de las aves comunes en España?
"Especies de aves comunes como golondrinas o gorriones tienen un declive muy preocupante"
Hacemos seguimiento de toda la avifauna española, 450 especies, más o
menos comunes, y tenemos muy clara la tendencia de 160 especies, de
pequeños pájaros que pueden verse a nuestro alrededor, sin necesidad de
ir a un espacio protegido, como varias especies de gorriones, mirlos,
pardillos, vencejos, golondrinas, verdecillos, etc. De esos 160, hay 37
que nos preocupan mucho porque tienen un declive muy acusado, como el
alcaudón real. También hay algunas que están estables y otras que están
en aumento, cerca de 30 especies, no todo es malo. La mayoría de las
especies en declive están ligadas a los medios agrícolas y la mayoría de
las que están en aumento están ligadas a los medios forestales.
¿Qué está pasando en los medios agrícolas?
El abandono del campo, los sistemas agrícolas y ganaderos se han
transformado, ya no vemos rebaños. Los productos fitosanitarios
utilizados contra las plagas son salvajes. Los herbicidas fulminan todos
los insectos y eso elimina toda la vida básica, que luego da de comer a
numerosos micromamíferos y aves pequeñas. Los insecticidas de nueva
generación, como los neonicotinoides, involucrados en el declive de las
abejas, impregnan la planta y cuando llega el insecto muere o afecta a
su sistema nervioso, que hace que también muera. Estamos matando toda la
base de la cadena trófica, de la que comen pequeños y grandes pájaros.
Ya no hay vida en el campo, como cuando se iba antes, que se veían
saltamontes.
¿Cuáles son las aves comunes más afectadas?
La golondrina común en 2006 se calculaba que tenía unos 30 millones de
ejemplares en España. Han desaparecido un 40%. El gorrión común tenía
unos 50 millones y ahora son un 10% menos. En grandes ciudades como
Londres y Praga, el gorrión se ha extinguido, y en Madrid o Barcelona
vamos por el mismo camino. Si se sigue con la dinámica de los últimos 20
años, en muy pocas décadas no tendremos tampoco gorriones en las
grandes ciudades españolas como Madrid o Barcelona.
¿Qué problemas tienen los gorriones?
La paloma sigue creciendo y compite por el alimento con el gorrión. En
los nuevos barrios se han eliminado los agujeros de las casas, no hay
árboles viejos con huecos, que es donde crían los gorriones. Además
están entrando nuevas especies, como las urracas o las cotorras, que
también están contribuyendo a ese declive de los gorriones.
¿Cómo nos afecta la desaparición de las aves comunes?
"La golondrina común ha disminuido un 40% en España"
De diferentes formas. Eliminamos la vida a nuestro alrededor, la
biodiversidad.
No solo es un sentimiento de tristeza porque ya solo ves bloques de
edificios, sino que si sales de nuestro entorno, provoca que todos los
sistemas naturales se distorsionen, no se producen las polinizaciones
como antes y muchas plantas tendrán problemas. El uso de neonicotinoides
no solo está afectando a los insectos, sino también a la salud de los
seres humanos.
Pero se supone que estos productos han pasado controles y no nos deberían afectar.
Fueron unos controles débiles y ahora se han empezado a prohibir.
El declive de las aves comunes fue uno de los temas de debate del XXII Congreso Español de Ornitología, celebrado recientemente en Madrid. ¿Qué otras conclusiones se sacaron del mismo?
No debemos centrar solo los esfuerzos en los espacios protegidos, sino
hacerlo de manera general. Estos espacios son islas y por sí solas no
viven. Tenemos que hacer un crecimiento y un uso del territorio mucho
más sostenible, más beneficioso para la fauna y flora en general. La
sociedad está cada vez más sensibilizada y participa, como prueba los
miles de voluntarios que están ayudando a conseguir esta información.
¿Se hacen suficientes esfuerzos de conservación?
No. Se han declarado espacios protegidos, como las
zonas especiales para las aves, hemos luchado para que haya una
Red Natura 2000
amplia. Se ha conseguido esa red y ahora hay que dar el siguiente paso.
Cada espacio debe contar con su plan de gestión cuanto antes para que
esa protección sea efectiva. No vale de nada decir que un espacio está
protegido si no se limitan o restringen los usos para que la población
sobreviva y pueda vivir de forma sostenible.
¿Qué podemos hacer los ciudadanos para hacer frente a este problema?
Concienciarnos, exigir más calidad en los sistemas de explotación y
alimenticios, movilizarnos contra los productos agrarios que no sean
adecuados, apoyar a las entidades que denuncian malas prácticas y
realizar un modo de vida más sostenible.