- El cabo de Estaca de Bares, el punto más septentrional de la
Península Ibérica, es también el mayor corredor migratorio y el mejor
lugar para la observación de aves marinas de Europa, elegido por más de
un millón de ejemplares de medio centenar de especies en sus viajes
invernales.
Además,
la IBA (Important Bird Area) Punta de Candelaria-Ría de Ortigueira-Estaca de Bares
está a punto de convertirse en Zona de Especial Protección para las
Aves (ZEPA) de la Red Natura 2000, como uno de los 39 espacios marinos
que el Gobierno propuso a la Comisión Europea para su aprobación.
Una vez aprobados, España se situará a la cabeza de Europa en la
conservación marina, con un total de 50.000 kilómetros cuadrados de
protección mar adentro.
Pese a la dureza de su clima, esta inminente ZEPA marina constituye
un espectáculo para los ornitólogos y aficionados a la observación de
aves, como ha explicado a EFEverde el escritor y comunicador ambiental
Antonio Sandoval.
Alcatraces, pardelas, alcas, charranes, frailecillos o
págalos
se dejan ver sobrevolando sus imponentes acantilados en los viajes
desde las áreas de cría hasta las de invernada, y otras especies, como
el
cormorán moñudo o la
pardela cenicienta, prefieren quedarse.
Aquí se cuentan, ha señalado Antonio Sandoval, hasta un centenar de
parejas reproductoras del primero y una pequeña colonia de la segunda,
la única conocida en el Atlántico español, sin contar las Canarias.
La zona protegida abarca hasta
13 kilómetros mar adentro del cabo de Estaca de Bares; en su borde costero se extiende
desde Cabo Ortegal hasta San Ciprián, el lugar donde se unen las aguas del Atlántico y las del mar Cantábrico.
La peculiaridad de esta IBA y su extraordinario valor como paso
migratorio se debe, según este experto, a su propio perfil. “Las aves
van bajando frente a la costa de Europa y al llegar al golfo de Vizcaya
penetran bastante hacia el mar Cantábrico y se ven obligadas a pegarse a
la costa y doblar el cabo”, ha explicado.
Para Antonio Sandoval,
autor del libro ‘Para qué sirven las Aves’, formar parte de la Red Natura 2000 como ZEPA marina
“es
muy interesante, ya que arroja protección en el sentido de que se evita
la colocación de aerogeneradores en el mar y porque pone sobre el mapa
el interés de esta zona desde el punto de vista ornitológico para el
estudio y disfrute de las aves”.
Supone también, ha añadido este experto, un
valor añadido a la pesca artesanal,
que en esta zona “realiza un trabajo ejemplar en el sentido de
tratamiento sostenible de los recursos”, pues “que se declare una ZEPA,
contribuye siempre a tener un sello de calidad”.
Las principales poblaciones de la zona son Ortigueira y Viveiro,
donde una parte importante de la población se dedica a la pesca y al
marisqueo.
“Son muy conscientes -ha explicado este comunicador ambiental- del
paso de aves marinas, han convivido siempre con ellas, y ellos son para
nosotros una fuente de información importantísima”.
Antonio Sandoval ha llamado la atención sobre las constantes amenazas
a las que se enfrenta este espacio, “cruce de caminos de aves y
petroleros”, sobre las cuales “la historia en Galicia es larga y
triste”.
La identificación de las áreas marinas que serán declaradas ZEPA
deriva de un intenso trabajo científico y de investigación y tiene su
origen en un proyecto Life+ en el que participó el Ministerio de
Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y la ONG SEO/BirdLife, cuyo
fin era desarrollar un marco de referencia para la protección de las
aves marinas dentro de la Red Natura 2000 en aguas españolas.
No obstante, ha explicado Antonio Sandoval,
que se reconozca como ZEPA es sólo un paso;
“ahora hay que conservarlo y compete a las administraciones establecer
las medidas y el apoyo a la población local para evitar cualquier
amenaza y para servir de modelo al resto de Europa”.