Fallece un cetáceo varado en la costa de Granada tras ingerir 18 kilos de cubiertas de los invernaderos
Origen: Jesús Jimenez, alumno de Salud Ambiental
Un cachalote de 4.500 kilos y unos 10 metros
de largo fue hallado muerto en una playa de Castell de Ferro (Granada).
Como es habitual en estos casos desde hace unos años, el equipo de
Renaud de Stephanis, de la Estación Biológica de Doñana del CSIC, acudió
avisado por la Junta andaluza a tomar muestras biológicas para estudiar
las estrategias alimenticias. Su sorpresa llegó al abrir uno de los
estómagos del animal, lo que había allí era un vertedero de plástico.
Los investigadores contaron 59 trozos procedentes principalmente de los
invernaderos cercanos que pesaban en total 17,927 kilos. Al final, esos
plásticos le habían reventado uno de los estómagos y causado la muerte.
Es el cuarto caso documentado en el mundo y lo ha aceptado para
publicación la revista científica Marine pollution bulletin.
De Stephanis recuerda que cuando abrió el cachalote pensó que había
un error: “¿Quién ha metido plásticos aquí dentro? ¿Esto qué es?’,
empecé a rumiar”. Cuenta que tardó un rato en darse cuenta de que el
cuerpo no se había contaminado, aunque para entonces un becario ya había
recibido más de un grito. Al poco comenzaron a sacar los típicos
plásticos de los invernaderos y cuerdas. Hasta dos macetas y un spray,
entre otras porquerías. De Stephanis, que veraneó durante años en
Almería, reconoció el contenido típico de los invernaderos que jalonan
la costa desde Murcia a Málaga.
Uno de los plásticos había ocluido uno de los tres estómagos. “El
estómago había explotado y el contenido gástrico estaba por la cavidad
abdominal”, cuenta. El animal presentaba signos de desnutrición y no
había restos de alimento reciente. “El intestino estaba vacío. La causa
de la muerte fue presumiblemente una ruptura gástrica por los restos, lo
que se unió a un problema previo de desnutrición”, escriben en Marine pollution
con la precisión de CSI. El estudio, financiado por el Ministerio de
Economía, detalla que tenía en el interior 26 piezas que sumaban 8,1
kilos y 29,9 metros cuadrados del plástico transparente típico de los
invernaderos; cuatro restos de bolsas negras para cultivos (que pesaban
0,44 kilos); 9 metros de las cuerdas usadas para fijar invernaderos,
y dos mangueras que medían 4,5 metros.
El estudio da una idea de la gravedad de la polución marina
Se sabía que el plástico que contamina el mar causa la muerte de
tortugas, peces y aves marinas: hay documentadas 250 especies afectadas.
Pero hasta ahora solo se habían encontrado tres casos documentados de
cachalotes (dos en California y uno en Grecia) y da una idea de la
gravedad del problema de la contaminación marina.
Los investigadores han comparado la distribución de la especie y
coincide que, además de en el Estrecho, se distribuye frente al Poniente
almeriense y Granada, donde el mar de plásticos es especialmente
abundante. Solo en El Ejido, se producen al año 45. 000 toneladas de
plástico para invernaderos. En Almería hay casi 40.000 hectáreas bajo
invernadero. Según un documento de la Junta de Andalucía, “la producción
de residuos plásticos de invernadero se estima en 2.400 kilos por año y
hectárea de polietileno de larga duración”.
La Junta andaluza tiene dos plantas para tratar estos plásticos, una
en Sevilla y otra en El Ejido, pero los investigadores destacan que a
menudo el viento lleva desechos al mar.
Lamentablemente para los investigadores, este cachalote no estaba
fichado, por lo que no pueden saber cuál era su zona habitual de
distribución.
El caso es especialmente llamativo porque este es el primer cachalote
varado en el Mediterráneo andaluz al que se le hace una necropsia.
De Stephanis cuenta que los cachalotes se sumergen 1.000 metros en
busca de calamares y que es una incógnita si confunden los plásticos o
los ingieren de forma accidental. El cachalote está catalogado como
vulnerable en España y en el Mediterráneo. Se estima que hay menos de
1.000 ejemplares.